A vos, sí, te digo, que supiste, sabés y sabrás manejarlo todo. Ya sé que me mirás como asombrada y eso que no encuentro tus ojos cuando miro. Pero lo sé (¿lo supe siempre?) y entre la comodidad y la cobardía se me pasó el tiempo de decirte que más te conozco y más me espanto.
Vos, que ponés primera y antes de decir agua va metés segunda y girás el volante sin apretarlo con la manito amasadora. Vos. Pero llegó el día de la justicia, no de sangre ni de espada, de aserrín y palabra de punzante acero. Ya busco y rebusco y recontra juro que lo encuentro. Porque no es etéreo, es concretito y plastificado que tanto te gusta.
Cuesta, pero tiempo no me falta y ganas menos. ¿Dónde tenés el carnet? Sí, a vos que manejás con manos y piernas y sabiduría de lecho confuso.
Hechizo de magia negra mal pintada al azulgrana, manual de controles y descontroles. Si el abracadabra no funciona, el fuego hará lo suyo. Y el carnetito mordorino se fundirá en tu desesperación al perder el control. Porque llegó el día de la justicia, de adiós a la inmundicia, a la codicia, a tu pericia.
¿Dónde tenés el carnet? No prolongues la agonía, es innecesario, sinsentido de los sinsentidos, de lo inexorable que ya sucede.
2 comentarios:
¿te quedó claro?
(lo digo por las dudas, vió...)
Hola Oso, paso para agradecer tu interés por el tema que da orígen a mi blog...
Si podés apoyar con la difusión de ese link y del otro, creeme que ya estarás haciendo bastante.
Con tiempo, es decir con calidad te tiempo paso a leerte y comentarte en tus espacios.
Un abrazo
Sandra Pasquini
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