Descartar la palabra

No se trata de un filósofo que piensa al calor del fueguito del hogar. Son cosas que casi van a parar al fuego, los descartes.
Un sitio para meter todas esas cosas inconclusas, excluidas, poco convincentes... también para depositar trastos inservibles.

viernes, 20 de marzo de 2009

Como a Sarmiento


(Me) Había prometido no atiborrar este cacho del blog con más mensajes de texto recibidos. Ya con las 10 entregas anteriores tuve suficiente. Ahora los borro sin más luego de mostrarlos a algún amigo y reírme un rato. Pero...
El otro día tenía una reunión con gente de la Asociación de Ajedrez, se largó una tormenta memorable justo media hora antes. Me llega en eso este mensaje:

Te voy a buscar otro dia a juan pablo se le complica

Leí, me calmé y me dispuse a cocinarme algo rico ya que estaba solo en ese momento. La reunión no se hacía, entendí. Bastó que la preparación llegara a un punto de no retorno, para que suene un bocinazo. ¡Me pasaban a buscar! ¿Lo qué?
Pido explicaciones... el diálogo fue más o menos así:

yo: Grrr, ¿no me dijiste que no venías?

Eduardo Cel (célebre en este blogcito): No, ¿tas loco? Si te dije que venía...

yo (rebuscando en el celu): Si me mandaste un mensaje diciendo que no se hacía...

Eduardo Cel: No, te mandé diciendo que venía...

yo: Grrr, largá la fumata de orégano, pavo...

Así las cosas cuando un balde de agua helada me corre por la espalda al comprender súbitamente lo sucedido. El mensaje carecía de signos de puntuación intermedios.

Yo interpreté: Te voy a buscar otro día, a Juan Pablo se le complica.

El interpretó (que escribía): Te voy a buscar, otro día a Juan Pablo se le complica.

Lo saqué carpiendo.

Yo: Rajá, boludo, termino de comer y voy.

Y fui, con la comida atravesada. Mi única venganza consistió en divulgar lo sucedido, recordando la famosa anécdota de Sarmiento y el maestro.

5 comentarios:

Netomancia dijo...

Jaja, muy buena la anécdota. Sin dudas que los puntos son los árbitros de las palabras, y si están mal puestos, es para quilombo y si no están puestos, también.
Si me pusiera a recordarlas cosas que salían publicadas cuando estaba en el diario por culpa de no prestar atención a esos simbolitos mágicos...

Anónimo dijo...

jojojo q risas por favor!!!
estos simbolismos modernos nos están venciendo!!!
jejeje

Romina dijo...

esas comas mal ubicadas, pueden hacer taaantos líos, como desfigurar una ley de la constistución, dijo mi prefesora de derecho...
y qué razón tiene!

ajajajaaa

quiero saber la anécdota de Sarmiento!!
no la conozco...snif...

besito♥


pd: le volvieron a guiñar el ojo? ;)

el oso dijo...

Se cuenta que Sarmiento, siendo inspector o algo así, fue a observar clases en una escuela. El maestro enseñaba gramática a los chicos y en un momento les dice que las comas están de más o que no sirven o qué se yo.
Entonces Sarmiento se mufa, discute con el maestro, se para y escribe en el pizarrón:

El maestro dice Sarmiento es un burro.
La idea es que si pone comas después de maestro y de Sarmiento queda:
El maestro, dice Sarmiento, es un burro.

Bueno creo que era sí...
Besos

Chelo Candia dijo...

jaja esta es muy buena, tengo otra, ¿la cuento?:
Una reunión de amigos, en casa, típico asadazo argento. Mi amigo Aldo Novelli (poeta patagónico que recomiendo que lean), me escribe:
llevo carne
Bueno, pensé. Por lo obvio del mensaje ni contesté. Era un asado. ¿Qué va a traer?
Cuando llega. Me dice: "¡Ché, te pregunté si traía carne y ni me contestaste!"...
Puteando por la ausencia del signo de pregunta, lo increpé asustado: - ¿Y qué hiciste?
- Y, por las dudas, traje.
Suspiré aliviado. Aldo, además de ser un devorador carnívoro de ancho vientre, venía con toda su familia.